Tenía que pasar.

Nunca he tenido problema alguno con hacer favores o por más feo que suene "recibir órdenes", pero cuando quienes me rodean inconscientemente se meten en mi cabeza y empiezan a decirme qué hacer o cómo actuar uno que otro nervio se me paraliza y empiezan a salir todas esas inseguridades y resentimientos.
Tal vez tenga razón la gente que dice que la primavera saca a relucir todos esos sentimientos mariposeros y florales, pero la verdad que ni lo brillante del sol, ni lo morado de las flores me han ayudado, lo único que han causado en mi son unas ganas de hundirme en un pozo y no salir. Puede ser que en unos tres meses o menos lea esto y más bien me ria, pero ahorita solo quiero esconderme, hibernar y estar conmigo, y con alguna que otra canción sentimental o reflexiva.
Aunque, no lo niego, a veces me gustaría que alguien me consuele y me escuche hablar sin parar, pero seamos sinceros, en estos días llenos de sol y claridad nadie se va a querer sentar a escuchar a una loca quejosa, a quien solo le interesa soñar despierta por que nunca hay nada más que hacer. Pero por ahora ahora estamos solos este lápiz y yo.